En el primer cuento de El puente de las libélulas, una rata ingresa al hogar del protagonista y, a partir de ello, se empieza a desvelar la fragilidad del orden cotidiano hasta terminar con su destrucción. En «La noche de Bukowski», «Huellas en la turbulencia», «Retrato de Mignon», y el cuento que intitula al libro, el descalabro de la vida de los personajes proviene de ellos mismos, de sus culpas secretas, de sus propias debilidades y anhelos frustrados. De este modo, Carlos Rengifo, con su primer libro de cuentos, se interna audazmente en el mundo sin drama de la anodina clase media de Lima (o lo que queda de ella); audazmente, porque los escenarios, los ritos, los personajes, los soportes espirituales de esta clase, han sido ya auscultados por escritores de la talla de Ribeyro, Zavaleta, Reynoso y Vargas Llosa, quienes han puesto al desnudo su vacuidad y sin sentido. Rengifo, por su parte, con las siempre valiosas armas de un lenguaje claro y funcional, acalorada sensibilidad y lozana imaginación, extrae de este mundo acogotado por la rutina de los hábitos, plagado de callejones sin salida y devaluado por las imposturas, nuevos detalles, nuevas metáforas, nuevas atmósferas, que, desde una visión melancólica, a veces crispada y a menudo irónica, va revelando su descorazonada imagen de los nuevos tiempos.
Roberto Reyes Tarazona
Tal vez lo más peculiar en la narrativa de Carlos Rengifo sea su extraordinaria actitud para crear atmósferas tensas y angustiosas. A diferencia de los escritores de su generación, Rengifo se acerca más a los problemas cotidianos, construye sus textos narrativos con mucha más pasión, se identifica más con sus personajes y con sus peripecias. Sus cuentos descubren los sentimientos del dolor y de la angustia.
Manuel J. Baquerizo
La literatura no es gratuita, siempre nos está dando una concepción del mundo. Y en los cuentos de Rengifo hay una concepción del mundo; sus cuentos no son historias, son cuentos elaborados a través de un argumento que nos da una visión del mundo. ¿Y cuál es esa visión del mundo? Es una visión de la violencia; pero no de la violencia que vemos todos los días en los periódicos. Es la violencia de la familia, es la violencia de esa rata que se mete a un hogar.
Oswaldo Reynoso
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