El nombre de Carlos Rengifo ocupa un lugar de importancia dentro de la narrativa peruana de las últimas dos décadas, esto debido a la variedad y calidad de su producción literaria, pero consideramos que su carrera alcanza, hasta ahora, su punto más álgido con la novela El jardín de la doncella. En su macroestructura, la obra presenta dos secciones: la primera alude a una Lima colonial clasista de mediados del siglo XVII, signada por los sismos, la pobreza, el pecado y el fervor religioso. En esta parte se relata el nacimiento y los primeros años de vida, hasta su llegada a la pubertad, de la hermosa beata limeña Magdalena de los Ángeles, la protagonista del libro. La segunda parte ahonda en su fe religiosa, que la llevará a un aciago desenlace.
A lo largo de toda la novela se aprecia a un narrador tradicional que se detiene morosamente en innumerables detalles significativos al narrar con periodos largos los múltiples acontecimientos que tejen la trama de la historia; lo mismo se aprecia al momento de describir a sus diferentes personajes y escenarios, siempre con un lenguaje muy bien pulido en cada estrofa, cadencioso, por momentos poético, que recoge el léxico y los giros lingüísticos de nuestra etapa colonial, lo que confiere a la novela densidad pero a la vez mayor verosimilitud y poder de persuasión. La historia avanza secuencialmente, pero con frecuentes saltos al pasado. La presencia de la analepsis no resulta gratuita, pues le sirve al narrador para ahondar en la vida de sus personajes con datos relevantes que les otorgan interés y vida propia, y suman en el tejido argumental de la novela.
Además de Magdalena de los Ángeles, desfilan en la novela de Rengifo toda una galería de personajes cautivantes y a la vez perturbadores, como la bella esclava Candulia, víctima de los abusos de su amo, aunque después terminará recorriendo los vericuetos de la ciudad para tratar de aplacar su jamás satisfecho apetito sexual. La ciudad de Lima aparece también como un espacio protagónico. Carlos Rengifo echa mano a su talento narrativo para pintarnos una Lima colonial de enormes casas con balcones y enrejados en los ventanales, un lugar poblado por españoles, criollos, mestizos, indígenas, portugueses y negros, todos moviéndose en sus respectivos espacios e interactuando en las plazas y mercadillos, y compartiendo un mismo fervor religioso y un mismo temor impuesto por el Santo Oficio. Cabe resaltar aquí el rigor con que se ha logrado configurar este universo narrativo donde la gran ciudad de Lima termina siendo el verdadero jardín de la doncella.
En suma, podemos concluir apuntando que si la novela La casa amarilla (Grupo Editorial Norma, 2007) nos mostraba a un escritor que alcanzaba ya la madurez narrativa, con esta novela se confirma lo anterior y convierte a Carlos Rengifo, indubitablemente, en uno de nuestros escritores más importante de las últimas décadas.
Fernando Carrasco
No hay comentarios:
Publicar un comentario